martes, 26 de mayo de 2015

Puede, puede...

Puede que fuera una noche más, o puede que fuera la noche.
Puede que yo sólo fuera una más de sus consquistas o él una más de las mías.
Puede que nuestros labios fueran polos opuestos dispuestos a volverse a encontrar o puede que no se buscasen más.
Tal vez en un mundo distinto, en otras circunstancias...
El caso es que cuando dos corazones rotos se juntan, nadie sabe cual puede ser la magnitud de ese fenómeno.
Cuando dos almas corrompidas se encuentran, no se buscan, sino que dejan pasar la oportunidad de curarse mutuamente para seguir permaneciendo escondidas en algún recógnito lugar de si mismas, esperando simplemente a que el tiempo pase, con las esperanza de que ese tiempo desperdiciado, curen sus heridas que aún emanan dolor.


No hay comentarios:

Publicar un comentario